La salud sexual y reproductiva es un eje central en la salud y la vida de las personas, determina la salud de las mismas más allá de su época fértil y tiene claros efectos intergeneracionales (OMS, 1995).
Es un campo de intervención socioeducativa para favorecer el desarrollo pleno e integral de las comunidades. En un modelo de atención integral, deben tenerse en cuenta los derechos básicos de las personas a acceder y obtener la información, los servicios y el apoyo necesarios para alcanzar una vida sana, libre y plena en el ámbito de la salud sexual y reproductiva, sin discriminación de edad, género, estado civil o condiciones socioeconómicas.